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Miércoles 3-noviembre-2021entrar ir

Aniversario parroquial

Extractos de la homilia


50aniversario

El pasado 1 de noviembre se hizo ofrenda de una placa conmemorativa por los 50 años de vida de la parroquia.

La placa era unas racholas de cerámica trabajadas por las Benedictinas de Montserrat, representando la puerta de la parroquia, presente en el barrio durante medio siglo, y con el lema: 50 años caminando juntos hacia el Señor.

A continuación, algunas ideas extraídas de la homilía de la fiesta, por el rector de la parroquia:
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* * * * *


Las benedictinas, con ese estilo suyo propio, han rodeado el dibujo de la puerta de la parroquia con flores. Esas flores somos nosotros, los feligreses. La parroquia es y ha sido durante 50 años un espacio para que nazcan y crezcan flores, todos nosotros.

A los ojos del mundo unas flores pueden parecer cursis, objetos de burla, etc., pero a los ojos de Dios es lo más bonito que se puede dar en la faz de la tierra. Y más si esas flores son espirituales, nuestras almas y espíritus brotados a partir de esta realidad sencilla del barrio como es la parroquia San Juan de Ávila.

Hoy celebramos que durante 50 años en nuestro barrio, donde hay de todo, también ha habido una porción de terreno, un campo, un jardín…, donde se han plantado semillas para que cuidándolas broten flores: somos nosotros.

Así como un jardinero tiene que trabajar para cuidar sus flores, tiene que cuidar el agua, factores como la temperatura, la calidad del suelo, evitar las plagas, etc., así también la parroquia con sus cuidados (sacramentos, catequesis, actividades…), nos ha hecho crecer y brotar como bellas flores a los ojos de Dios.

50aniversario

Es curioso que, como toda buena flor, cuanto más bella, así también más frágil y más cuidados delicados requiere. Pues bien, así ha ido haciendo la parroquia durante todo este tiempo, esmerándose en todo lo que ha podido para hacer nacer flores cuantas más bellas mejor y sacar lo mejor de nosotros.

Siguiendo con la imagen del jardinero podemos detallar más todavía:

  • El agua: el agua de los sacramentos, el agua del bautismo, el agua que da vida; el pan de la eucaristía que alimenta y vivifica, pan vivo bajado del cielo.
  • Temperatura: este templo es templo del Espíritu Santo, lugar propio y adecuado para su acción, donde actúa con más propiedad que en ningún otro sitio, y donde nos transmite mejor que nada el calor de su amor, el consuelo del fuego de su caridad.
  • Tierra buena: la parábola del sembrador (Mt 13, 1-9), nunca mejor dicho. Todas las catequesis, actividades, la comunión eclesial…, no deja de ser una preparación y una disposición de las condiciones necesarias y saludables para que broten y crezcan buenos retoños.
  • Plagas: en este mundo donde a menudo irrumpen tantas ideologías y desviaciones de lo que es la vida humana en su relación con todo, y en definitiva en su relación con Dios…, el magisterio y la doctrina de la iglesia (tan promovido en la parroquia) es una defensa y un apoyo en el buen camino correcto de la vida.

Hoy, fiesta de Todos los Santos y aniversario de la parroquia, queremos dar gracias a Dios por tantos dones que se nos ha otorgado a través de la parroquia en este medio siglo…, y reconocer que ella ha contribuido, y seguro que mucho, en la belleza espiritual y en la fragancia de Cristo que cada uno podamos desprender. Y queremos pedirle también a Dios que por muchos años más, se digne seguir colmándonos de dones por medio de este espacio abierto que es la parroquia.

Hoy debemos tener un ojo puesto también en el resto de la comunidad eclesial que no se ve. Entre nosotros nos vemos, sí, los que somos y estamos aquí ahora, pero somos muchos más. Si miramos al cielo con fe veremos que el jardín del cielo está lleno de flores: son todos los santos.

En la mansión eterna, donde Dios yace en su gloria infinita, hay una porción de jardín llena de preciosas flores (aunque ello no añade nada a la magnificencia de Dios; pero Él ha querido que esas flores formen parte de la mansión, por efusión de su bondad). Hoy celebramos la belleza de todas esas flores: los santos, los bienaventurados.

Son flores exuberantes: podemos pensar en San Juan de Ávila, por citar al que tenemos más próximo, pero tantos y tantos santos más; flores que resplandecen y que desbordan con su belleza toda expectativa que nosotros nos podamos imaginar. Tratemos de imaginar los mejores sentimientos de honradez o experiencias de nobleza, cargadas de honestidad…, son momentos bellos de consolación: pues eso no es nada comparado con la belleza que se está cultivando en la casa celestial.

La celebración de hoy es muy reconfortante porque también miramos allí a donde vamos a ir nosotros también. Qué bueno saber que nuestra casa será un jardín precioso e infinitamente bello de la mansión celestial. El remate final de mi vida será eso: resplandecer maravillosamente al lado y junto con miríadas de flores más, todos en comunión bienaventurada dando gloria a Dios sin fin.

Se dice que Jesús es el Buen Pastor, hoy podemos decir que es el buen jardinero, que nos ha ido tratando delicadamente con sus manos y llevando así hacia el Señor durante 50 años a través de la parroquia. Démosle gracias por tan sumo y entrañable cuidado para con todos nosotros.


Hoja Parroquial

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